¿Conoces First Dates?
Es un programa de televisión en el que organizan citas a ciegas con el objetivo de que los participantes encuentren pareja.
Cenan juntos y tienen una hora para conocerse y decidir si quieren tener una segunda cita o no volver a verse jamás.
Así de sencillo y así de complicado.
¿Te imaginas un First Dates de negocios en el que establecer una relación entre emprendedor y cliente?
Imagínalo, Jose.
Te sientan en una mesa con un potencial cliente y tienes una hora para “seducirle” y transmitirle el valor de tu oferta.
Termina la cena.
Y llega la hora del desenlace.
“Posible cliente, ¿tendrías una segunda cita con Jose?”
¿Qué crees que respondería?
Opción 1:
“No. No tendría una segunda cita con Jose porque su oferta me ha parecido inespecífica, no se diferencia de otras muchas ofertas similares que existen en el mercado y no aporta nada nuevo.
No creo que me ayude, así que lo que he visto en Jose no compensa lo que cuesta”.
Opción 2:
“Sí. Por supuesto que tendría una segunda cita con Jose. Y si fuera posible, ¡alguna más!
Su oferta parece que está diseñada para mí. Es original, atractiva y completamente alineada con lo que yo necesito y estoy buscando. Estoy convencido de que realmente me puede ayudar. ¿Cuándo empezamos a trabajar juntos?”.
Qué diferencia entre una y otra respuesta, ¿verdad, Jose?
Pues no es ni más ni menos que lo que ocurre en la realidad.
Cuando tratas con un potencial cliente, o cierras la venta o no la cierras.
¿Y de qué depende el resultado?
Si no vendes, solo puede ser por dos motivos:
O no le estás hablando a la persona adecuada (no estás tratando con tu verdadero cliente ideal).
O tu oferta no está bien diseñada y no es capaz de resolver los problemas o satisfacer sus necesidades.
No busques más opciones. No las hay.
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Es curioso.
Prácticamente con el 100% de los alumnos de mis programas formativos tenemos que hacer una revisión profunda del cliente, la oferta y el sistema de atracción.
Y con esos 3 pilares bien definidos, es cuestión de unas pocas semanas comprobar cómo llegan los resultados: más clientes = más ventas.
Sin embargo, lo más habitual cuando la gente no consigue los resultados que quiere es aumentar la carga de marketing.
Así que se lían a hacer más.
Más posts, más SEO, más redes sociales, más publicidad.
Más, más, más.
Y de nada sirve aumentar las acciones de marketing si detrás no presentas una oferta de calidad, transformadora y útil para tus clientes.
O si le intentas vender a las personas equivocadas.
Es como intentar venderle un chuletón de buey a un vegano.
Ahora piensa un momento y dime:
¿Tienes ya una oferta de verdadero valor para enamorar a tu audiencia?
¿Has conseguido saber en profundidad cómo es tu cliente ideal?
¿Eres capaz de llamar la atención y atraer solo a los clientes perfectos para tu negocio?
1 fuerte abrazo,